Carlos Muia: "El ministro de Economía no mencionó la palabra industria" y el presente del sector "es nefasto"

El presidente de la Unión Industrial de Catamarca describió un "clima de optimismo" político durante la Conferencia Anual de la Unión Industrial Argentina , pero advirtió que la apertura de importaciones y la caída del consumo interno están frenando la producción y provocando una sangría de empleos.

Actualidad17 de noviembre de 2025
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El presidente de la Unión Industrial de Catamarca (UICA), Carlos Muia, trazó un crudo diagnóstico sobre la actualidad del sector, marcado por una profunda disonancia: un "clima de optimismo" en el ámbito político y financiero que choca frontalmente con un presente productivo que calificó de "nefasto".

Tras participar en Buenos Aires de la Conferencia Anual de la Unión Induatrial Argentina ,  jornada económica que reunió a cerca de 1.200 empresarios, Muia expresó su principal preocupación: "Abrió la jornada el ministro de Economía y no hizo mención a la palabra industria, lo cual a nosotros nos deja un poco preocupados".

El líder industrial reconoció que en el evento reinaba el "optimismo". Atribuyó este ánimo a la percepción de estabilidad política, un gobierno que se visualiza seguro por dos años, con herramientas legislativas y "apoyo americano". "A veces los empresarios lo que necesitamos es que la política haga su vida y a nosotros nos dejen trabajar tranquilos", sentenció en LA BRÚJULA

Sin embargo, advirtió que este optimismo político no alcanza para revertir la crisis del sector. "Las reformas (laboral y tributaria) no alcanzan si no se dinamiza la economía", afirmó.

La caída del consumo y el impacto del empleo
 

Carlos Muia fue contundente al describir la situación real de las fábricas. "El presente que vivimos en el sector es nefasto", aseguró, apuntando a dos factores clave: la apertura de importaciones y la falta de demanda interna.

"Nadie regala su mercado y sus puestos de trabajo", criticó, refiriéndose a la apertura "indiscriminada" a productos del sudeste asiático. "Tenemos que defender el trabajo argentino", insistió, y agregó que la falta de demanda es el otro gran problema: "A la gente le alcanza poco el sueldo que cobra y entonces no hay consumo".

Esta combinación, explicó, está forzando a las empresas a achicar sus estructuras. Muia admitió que su propio grupo empresario ha tenido que realizar ajustes:

Pérdida de empleos: En su planta de Catamarca, aunque sin despidos directos, la dotación se redujo por goteo (no reposición de vacantes) de 610 empleados a "520 o 530", una caída cercana al 15%.
Menos horas de trabajo: "Hace más de un año que nosotros no trabajamos un día sábado o que no tenemos horas extras", reveló.
Suspensión y despidos: Confirmó que en otras plantas de su grupo, como en Tucumán, sí han tenido que aplicar suspensiones y despidos.
 

Apoyo a las reformas, pero con condiciones
 

En este contexto, apoyó la necesidad de una modernización laboral, argumentando que la legislación actual "que lleva 50 años" no genera puestos de trabajo. Pidió una ley que "respete los derechos del obrero" pero que también dé "seguridad jurídica al empleador" y termine con la "industria del juicio".

No obstante, reiteró que sin medidas que dinamicen el consumo y una "administración del comercio un poco más inteligente", las reformas no serán suficientes para mover el amperímetro de la producción.

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